El articulo “Atrapar la emoción: Hollywood y el grupo Dogma 95 ante el cine digital” de José Javier Marzal Felici tiene como objetivo explicar la actualidad de la industria del cine en el ámbito de la tecnología. Y como con todos los grandes temas surgen distintas posiciones. En el artículo se nos habla del cine hollywoodiense y del grupo Dogma 95, dos maneras distintas de entender y hacer cine.
Tras la aparición del video y del aumento de canales televisivos a fines de los años 80 el público veía más cine que nunca. Entonces era preciso crear películas con muchos efectos especiales para atraer a los espectadores. Los cambios tecnológicos son el resultado de las transformaciones por necesidades sociales. El cine de Hollywood, un tipo exclusivamente comercial, explota las nuevas tecnologías de cine digital buscando únicamente la espectacularidad.
Los rodajes cinematográficos de Hollywood son un claro ejemplo si hablamos de la adaptación del cine a los nuevos tiempos. Un ejemplo: utiliza el sistema HDTV Digital porque introduce grandes ventajas y supone un ahorro de costes considerables. Esto ha permitido convertir esta industria en una gran empresa que, como todas, buscan alcanzar el éxito y el mayor numero de beneficios.
Es por eso que nació un brote que prefería otro tipo de cine: el Dogma 95. Este grupo lucha para rescatar lo esencial de hacer cine, eso se estaba perdiendo con el afán de los intereses económicos de los grandes comerciantes. El grupo Dogma 95 ofrece más posibilidades expresivas y narrativas, una mayor espontaneidad en la interpretación de los actores y más proximidad frente al espectador. Por tanto, es lógico ver como lucha contra las técnicas de animación que se están utilizando para desarrollar personajes con apariencia humana; como por ejemplo en algunas films como Hormigas (Eric Darnell y Tim Johnson, 1998) o Shrek (Andrew Stanton y Vicky Jenson, 2001).
Básicamente lo que persigue el movimiento Dogma 95 es eliminar de una producción cualquier efecto cinematográfico, y así buscar la naturalidad. Veamos el ejemplo de una película: Los idiotas (Idioterne, Lars Von Trier, 1998). Observamos que las tomas están grabadas con una cámara en la posición del hombro o que la música de ambiente desaparece de forma brusca.
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